miércoles, 27 de enero de 2010

Milton Friedman, Haití y la Doctrina del Shock

Milton Friedman, Haití y la Doctrina del Shock


Por Cristian Lora
El Palacio Presidencial de Haití destruido tras el terremoto






A pocas horas del terremoto que sacudió Haití, los Estados Unidos comenzaron a tomar el control de la capital haitiana. Primero fue el aeropuerto de Puerto Príncipe, luego el puerto y, más tarde,lo que quedó del Palacio Presidencial.



Las crónicas de los enviados dan cuenta de decenas de niños que, tras las rejas de hierro que rodean la semidestruida sede de gobierno, suplicaban por agua y comida."No hay, en este país antes llamado Haití, algún tipo de autoridad, municipal o estatal, que tras el sismo se haya hecho cargo de la situación. Haití ya no existe", escribió un corresponsal español que recorrió los restos de lo que supo ser una capital.Ese escenario haitiano de caos, muerte, violencia, saqueos, ruinas, devastación, shock (en definitiva) resulta el caldo de cultivo perfecto para implementar lo que la autora canadiense Naomi Klein denominó, en un mamotreto de 700 páginas, como la doctrina del shock. ¿Qué es? Una forma fundamentalista del capitalismo que impone programas económicos en las peores condiciones coercitivas posibles: ocupaciones militares en potencias extranjeras o inmediatamente después de una catástrofe natural de gran magnitud.Klein repasa –en su obra La Doctrina del Shock. El Auge del Capitalismo del Desastre– estas políticas en una devastada Nueva Orleans luego del paso del huracán Katrina; en Irak luego de la invasión de los Estados Unidos en 2003, y más tarde, en Sri Lanka, meses después del catastrófico tsunami de 2004.Días después de que los diques se rompieran y dejaran Nueva Orleans bajo el agua, el economista Milton Friedman escribió en The Wall Street Journal que "la mayor parte de las escuelas están en ruinas, al igual que los hogares de los alumnos que asistían a clase. (…) Esto es una tragedia, pero también una oportunidad para emprender una reforma radical del sistema educativo".La administración de George W. Bush apoyó sus planes con decenas de millones de dólares. Las ruinas de las escuelas de Nueva Orleans se convirtieron en "escuelas charter", creadas y construidas por el Estado pero que pasarían a ser gestionadas por instituciones privadas según sus propias reglas.Cuando las aguas todavía no habían bajado del todo, ya las escuelas públicas de la capital del jazz habían sido sustituidas casi en su totalidad por una red de escuelas charter de gestión privada. Antes del huracán, el Estado tenía 123 escuelas públicas; después, sólo quedaron cuatro. Antes de la tormenta, Nueva Orleans contaba con siete escuelas charter. Después, 31."Tras el desastre –explica Klein– los contratos de los maestros quedaron hechos pedazos y los 4.700 miembros del sindicato fueron despedidos. La mayoría no recuperaron sus empleos".Durante más de tres décadas, Friedman fue un defensor a ultranza del libre mercado y del neoliberalismo. Aprendió lo importante que era aprovechar una crisis o estado de shock a gran escala durante los '70, cuando fue asesor del dictador chileno Augusto Pinochet.Tres décadas después, luego de que las bombas destrozaran Bagdad en busca de armas de destrucción masiva que nunca aparecieron, la Doctrina del Shock resurgió en Medio Oriente.Cuando todavía las llamas consumían Irak, el director de Reconstrucción y Asistencia Humanitaria designado por los Estados Unidos decretó las medidas de rigor: privatizaciones masivas, liberalización absoluta del mercado y un Estado cuyo papel se vio brutalmente reducido. Otra vez el neoliberalismo utilizaba un estado de shock para imponer medidas económicas.Casi dos años después, un tsunami arrasó Sri Lanka, un estado insular de Asia meridional. Murieron 35.000 personas, más de un millón fueron desplazadas y unas 100.000 viviendas fueron destruidas. "Allí –dice Klein– presencié otra versión distinta de las mismas maniobras: los inversores extranjeros y los donantes internacionales se habían coordinado para aprovechar la atmósfera de pánico y habían conseguido que les entregaran toda la costa tropical".Estados Unidos ya tomó posición de Haití y esto molestó incluso a otros países. Un cable de AFP sostiene que Francia protestó formalmente por el control que el gobierno de Barack Obama impuso en el aeropuerto de Puerto Príncipe.La tragedia de Haití ofrece a los pensadores del neoliberalismo una oportunidad inmejorable para aplicar la Doctrina del Shock. En palabras de Naomi Klein: "Algunas personas almacenan latas y agua en caso de desastres o terremotos; los discípulos de Friedman almacenan un montón de ideas de libre mercado".


Publicado en la contratapa del diario Diagonales el 21-01-2010